Monday, December 17, 2007

El Retén de Catia sigue entre nosotros...

Hace unos cuantos años, ya no recuerdo cuántos, pero seguramente dentro de alguno de los gobiernos de este bochornoso tirano que tenemos sentado "mandando" en la silla, alguien tuvo una visión: "Destruyamos el retén de Catia, y hagamos de su planta un lugar habitable y digno para los habitantes de la zona".

La verdad, no me voy a quejar de que lo hayan demolido. Era un antro de lo más espantoso, construido a las afueras de la ciudad, cuando la ciudad llegaba hasta MUCHO más atrás que dicho correccional - si es que algo se corregía en ese sitio más que los desperfectos típicos de cualquier choro venezolano, mismos defectos que le valieron la cárcel, cuando la policía realmente se interesaba en aprehenderlos por sus fechorías (todo esto tiempo pasado, del verbo YA NO!) -.

Cualquier venezolano con cierta edad podrá recordar la joda que montó Radio Rochela con el malandro de Catia (interpretado por el pequeño gigante de la comedia, Emilio Lovera) que le besaba el anillo al Papa (interpretado por el genio Laureano!), y sin que éste se diera inmediata cuenta, se lo escondía en la boca para ver cómo ese orito le podía servir para rebuscarse luego. Quizás unas droguitas, una comida completa de cuando en cuando, y de repente "alquilarse" un sendo cuarto con vista y baño propio eran los próximos pasos a buscar con esa "fuerza" entre dientes.

Lamentablemente, fallamos reincidentemente en la divisa de hacer de nuestro país un lugar más seguro. Culpo al zafio y nos culpo a nosotros, pero por encima de la atribución de las culpas, y de la necesidad de establecer un proyecto formal que nos permita cambiarle la cara y el espíritu a esta tierra bella plagada de malvados, quisiera que en su próximo viaje, corto o largo, al oriente o al occidente, se fijen detalladamente en las viviendas "rurales" (por no darles en la madre una vez más y llamarlas marginales de una buena vez, y tratarlas como un problema de falta de calidad de vida para ricos y pobres)...

Vean por favor que antes de terminar lo poco que se pueda llamar "terminado" de dichas viviendas, posiblemente consigan en varias de estas cuasi-chozas un plasmita de más de 30 pulgadas, con HDMI y el x-box 360 conectado a un home theather, todo cortesía de IMGEVE, Depovén o cualquiera de las tiendas en donde todavía opera la trasgiversada figura del SAN ("un poco ya, y el resto en Navidad", entre otras propuestas incitantes al consumismo desenfrenado de quien sabe hoy que tiene, y que mañana tiene la certidumbre de que su falta de habilidad se lo quitará).

Sin embargo, poco de lo que hay dentro se puede realmente saber por lo que se ve fuera (salvo el instrumento mediático y golpista empleado por la CIA para el espionaje profesional de los corruptos del gobierno: si si, hablo del DIRECTV!, según nos recordó el amigo Pedro Carreño tiempo atrás, en un derroche de desconocimiento de las ciencias ocultas de la propagación satelital, pues). Afuera hay un basurero justo al lado de donde alguien más come. Hay cloacas que no están ni estarán apropiadamente encausadas, porque "como vaya viniendo vamos viendo", y porque simplemente, el venezolano es TAN cómodo y tan flojo en su mayoría, que PRIMERO MUERTO que abandonando la clásica frase "el gobierno me debe una casa..."

Tampoco me quiero meter en esas aguas profundas a esta tardía hora de la noche. Solo quiero que en verdad concienticen, luego del análisis del entorno físico de las clases socio-económicas más desfavorecidas, que cualquier casa, antes de terminar cualquier otra cosa en la fachada, tiene rejas. Algunas nunca llegarán a tener ventanas siquiera, pero la REJA es el mejor intento por protegerte de quien te venga a robar el plasma, o a darte un tiro por el esfuerzo de meterse en tu rancho y no conseguir algo que valga la pena robar.

Cada vez que, en los tiempos antiguos en los que podíamos cacerolear incansablemente al condenado hablador de pistoladas que casi reina este feudo suyo que llamamos Venezuela, pasabámos por zonas pudientes del este de la ciudad, se constataba mi argumento... gente con clamor por mejorar las cosas en el país, limitadas a una cuchara de palo y una cacerola de pequeño tamaño, porque "esa es la que pasa por el hueco de la reja..."

Lo más emblemático del otrora presidio de Catia era justamente el tener una población que, a manera de macacus asapiens, guindaba permanentemente de las rejas del penal, sacando los brazos en añoranza del mundo libre que supuestamente existe más allá de los barrotes. Es una lástima, señores, pero en verdad, por muchas razones hemos dejado de lado al crimen, tratando una y mil veces que a quien tenga el choro de turno que pegarle un pepazo no sea yo ni alguno de los míos.

Revertir esta tendencia puede ser tan complicado como revertirla el 4 de diciembre a la 1 de la mañana con las votaciones de referendum aprobatorio de la nueva constitución propuesta por el zafio para su control absoluto del estado - apegado al marco jurídico, claro!-. Mientras tanto, nosotros seguiremos dando más y más razones cada día para pensar que el Retén de Catia, simplemente sigue entre nosotros... :(

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